tu relación con la cámara

Ésta es mi visión muy personal de lo que creo que debe hacer una modelo en una sesión fotográfica. No es una regla, ni tienen por qué compartirla otros profesionales, pero es la que a mí me ha permitido crear las imágenes que deseo.

El fotógrafo no es el centro de atención de la modelo. El fotógrafo dirige a la modelo e indica a los asistentes que hagan retoques de peinado o maquillaje, que estiren arrugas en la ropa o acomoden algún complemento o pieza de atrezzo, y es el que decide cuándo y como se toma la fotografía, la iluminación, el ángulo, la distancia focal, etc... pero la modelo debe concentrarse en comunicarse con la cámara.

Detrás del objetivo o lente de la cámara están todas las personas que van a ver las fotografías. Si se le pide a la modelo que proyecte alegría, serenidad, enfado, sensualidad, confianza, tristeza, nostalgia, etc., debe siempre pensar en el resultado de su trabajo a ojos de quienes van a ver la fotografía: ¿es creíble?, ¿es intensa?, ¿está estableciendo complicidad y cercanía con el objetivo de la cámara o actúa como si no existiera o simplemente tratando de complacer al fotógrafo?

La fotografía con modelos es un trabajo de varias personas, pero principalmente de dos: la modelo y el fotógrafo, que trabajan juntos para comunicar una sensación, una idea, una emoción a quienes vean la foto. Por eso, la relación que establece la modelo con la cámara es esencial para hacer un buen trabajo.

Eso es lo que debes hacer en una sesión. Las direcciones que te da el fotógrafo son precisamente para que transmitas a la cámara, por medio de poses y expresiones, lo que ambos quieren decir. El tiempo que tienes que esperar a que se te ilumine correctamente, a que se retoque el maquillaje y el peinado, a que se arreglen las arruguitas de la ropa, etc., tienen por objeto el breve instante (unas centésimas) que tarda en tomarse una foto.

Algo que conviene saber antes de que lo experimentes en carne propia es que la cámara, ya sea la fotográfica o la de cine o vídeo, percibe (y, en cierta medida, destaca) todos los pequeños defectos que todos tenemos. Los vellitos que "prácticamente no se ven", la arruga, el grano, la cicatriz, la ceja mal peinada o mal depilada, la uña rota, la verruga, el lunar, todo, absolutamente todo se captura junto con el peinado de moda, la pose cuidada, la expresión perfecta.

Si la modelo se cuida y se atiende, si sigue reglas elementales de higiene y cuidado de la piel, los dientes, las uñas, el cabello, etc., lo que transmita a la cámara será mucho más efectivo, sin contar con que no se hace necesario realizar retoques costosos para que las imágenes sean útiles.

La cámara es la ventana por la que te proyectas para que todo el mundo que vea tu imagen sienta y piense lo que tú y el fotógrafo desean conseguir.


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