una sesión fotográfica

Las sesiones de fotografía pueden ser de varios tipos.

Las hay en las que sólo se pretende hacer una fotografía determinada, previamente diseñada y preparada. En estas sesiones se hacen numerosas pruebas, se cambia la luz, el maquillaje, el peinado, detalles del vestido o complementos para conseguir una sola fotografía que se usará, por ejemplo, en anuncios, o en carteles.

Pero las sesiones más comunes son aquéllas en las que se van a hacer varias fotos distintas, con un diseño general pero más abiertas a la improvisación y a la creatividad de la modelo y del fotógrafo. Es el tipo de sesiones que habitualmente realizo yo.

La preparación para la sesión comienza con el peinado de la modelo, que puede hacerse en el mismo estudio o en una peluquería o salón de belleza cercanos. Después viene el maquillaje. Se busca utilizar estilos de peinado y maquillaje que puedan cambiarse junto con la ropa a lo largo de la sesión para obtener distintos looks y por tanto una mayor variedad de imágenes.

Si la sesión es en estudio, lo que verá la modelo es un plató o set en el cual hay dos o más luces (generalmente flashes), y un fondo. Pueden usarse o no decorados y "props", que son artículos u objetos con los que la modelo pueda interactuar.

El fotógrafo le explica a la modelo lo que desea y la sitúa en el plató o set, o en la locación o localización. La modelo debe interpretar las poses generales, adaptándolas a su estilo. En el caso de las modelos profesionales, se espera que ellas tengan una rutina de poses y variantes.

A continuación, se colocan las luces o reflectores para conseguir la iluminación que desea el fotógrafo. Esto muchas veces implica esperar pacientemente, manteniendo una pose o un sitio concretos, haciendo tomas de prueba, hasta que el fotógrafo está satisfecho con la iluminación. Una vez hecho esto, se procede a medir la luz que recibe la modelo para ajustar la exposición en la cámara y se pueden comenzar a tomar las primeras fotos.

Generalmente, el estudio está a oscuras excepto por las "luces de modelado" de los flashes, pequeñas bombillas comunes de pocos vatios. Esto permite a la modelo concentrarse en el objetivo de la cámara, que es su centro de atención, además de que ayuda a que en las fotografías los ojos aparezcan con las pupilas muy dilatadas, algo mucho más atractivo que unos ojos con las pupilas contraídas en un punto.

La modelo debe estar siempre atenta a las indicaciones del fotógrafo. Un pequeño movimiento, como girar ligeramente el rostro o el cuerpo, pueden cambiar radicalmente el resultado en la imagen debido a la iluminación, de modo que se le pedirá mantener ciertas poses y variarlas ligeramente. Del mismo modo, debe estar atenta al sonido del obturador de la cámara y a los flashes, para no cambiar de pose sino hasta que se haya tomado la foto.

Si el fotógrafo cuenta con asistentes, éstos se encargarán de corregir los detalles de estilismo, como arrugas en la ropa, cabello que cae donde no debe, maquillaje, etc. En otras ocasiones, el propio fotógrafo podrá apartar un mechón de cabello, quitar alguna arruga o dirigir la pose.

El uso de la fotografía digital permite ver de inmediato el resultado de las fotografías, lo que facilita que se hagan éstas y otras correcciones para mejorar las imágenes que se están creando. El fotógrafo podrá mostrarle alguna a la modelo, pero no es su obligación.

Las sesiones también pueden hacerse en lugares distintos del estudio. Cualquier lugar puede usarse según las necesidades: una oficina, un bar, un teatro, la recepción de un hotel, una fábrica, una cocina, etc. Y también se trabaja en la calle. La modelo debe aceptar el hecho de que inevitablemente habrá curiosos, pero debe olvidarse completamente de ellos para concentrar toda su atención en el trabajo de posar y expresarse, manteniendo toda su serenidad y concentración.

A lo largo de la sesión se hacen cambios de vestuario, maquillaje y peinado para obtener las distintas fotografías previstas, además de lo que se consiga improvisando. Una modelo que sabe improvisar puede aportar mucho a una sesión.

Las sesiones de fotografía que hacemos nosotros duran entre 2 y 3 horas, sin contar el tiempo de peluquería y maquillaje. En este tiempo se pueden llegar a tomar más de 250 fotografías, de las cuales será útil quizá el 20 o, cuando mucho, el 25%.

Como puedes ver, en una fotografía hay mucho trabajo y en primera instancia menos glamour del que se podría creer, el glamour no está en la sesión, sino en los resultados: imágenes que comunican emociones a los espectadores.


RETOQUE FOTOGRAFICO; nadie es perfecto
TIPOS DE MODELAJE
y sus requisitos
SOY MENOR DE EDAD
y quiero posar
los bases
lo practico
dudas comunes
trabaja conmigo